En mi experiencia como psicóloga, casi todos los pacientes que he atendido han mostrado algún síntoma de ansiedad, la cual en su concepto incluye diversos síntomas y sentimientos, hasta trastornos.
Una generalidad que escuchamos sobre la ansiedad, es que sucede cuando se está muy pendiente del futuro; y se genera depresión al estar pendientes del pasado. Y muchas veces es así. Claro que siempre es preciso un diagnóstico profesional.
En la actualidad, tenemos la consigna de no perder el tiempo; y es así como las personas se cargan de tareas que en ocasiones se vuelven imposibles de llevar. Conocí una niña de 4 años que iba a la escuela, luego a clases de ballet, de violín y de inglés. ¿En qué momento ella jugaba o compartía con los papás?
Y es muy importante tener metas, desarrollar la competencia del logro, pero hay que aprender a vivir cada etapa y disfrutarla.
El pasado es un archivo de nuestras vivencias, algunas buenas, otras no. Todas esas vivencias que implicaron emociones, como la felicidad cuando nos graduamos de la escuela, la incertidumbre si le gustabas o no a tu compañero del colegio, la tristeza al fallecer tu abuelito o tu mascota, se mantienen más en el consciente que otros momentos que no implicaron una emoción fuerte.
Puede que te arrepientas de algo que pasó, pero ya no lo puedes cambiar. Quizá te gustaría haber elegido llevar ese curso de inglés cuando tu papá te lo ofreció, en lugar de irte de paseo; sería muy útil para aspirar a un mejor trabajo.
Eres lo que estás haciendo ahora para mejorar lo que fuiste. No puedes cambiar el pasado, pero puedes trabajar el presente, con un plan del futuro que irás ejecutando a cada instante.
Y para que ese futuro no se convierta en ansiedad, planéalo con flexibilidad. Por ejemplo, revisando tus finanzas podrías empezar a estudiar inglés el segundo trimestre del año; hoy, en este presente, inicias tu ahorro y si todo sale bien, en abril empiezas a estudiar. La flexibilidad es por si durante estos tres meses pasara algo importante que implique un gasto de ese ahorro, y así te replantees a buscar una opción más accesible o empieces en el segundo trimestre, sin que generes estrés.
Vive el presente inteligentemente. Revisa en el pasado las experiencias provechosas y planea con flexibilidad, entendiendo las diferentes etapas de la vida, así como con la posibilidad de que todo puede cambiar en un instante.
Puede que en el pasado tengas muchos momentos de felicidad, y espero que en el futuro tengas muchos más. En este presente, en este preciso instante, espero que mi post quede en un recuerdo positivo de gran utilidad.