En la entrega anterior se concluyó el recorrido por la Edad Antigua dando a conocer las primeras mujeres que dieron sus aportes a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. En esta ocasión avanzamos a la Edad Media donde la medicina fue la que se vio más beneficiada con los aportes hechos por las mujeres distanciadas tanto geográfica como temporalmente.
Keng Hsien-Seng (alrededor del 975 d.C)
Mujer china hija de un académico eminente de nombre Keng Chhien, es descrita por Wu Shu en sus escritos de ciencia como una mujer que desde joven era inteligente y que le gustaba leer libros. También era aficionada a la escritura, escribía poesía digna de felicitaciones, pero que también estaba familiarizada con las técnicas taoístas y que podía controlar los espíritus. Se volvió experta en las alquimias amarilla y blanca con muchas otras transformaciones poderosas, misteriosas e incomprensibles. Wu Shu dice que nadie sabía cómo obtuvo todos esos conocimientos.
Keng Hsien-Seng fue incluso convocada por el Palacio Real para que el emperador por sí mismo pudiera observar los procedimientos alquímicos de Keng. Entre ellos estaba la habilidad de convertir mercurio y nieve en plata. Posiblemente usaba el mercurio para extraer la plata de las menas. Dentro de sus otras habilidades químicas estaba el uso de un tipo de proceso Soxhlet primitivo para extraer alcanfor usando alcohol.
Al-ʻIjliyyah (Siglo X)
También conocida como Mariam al-Asṭurlābiyya, aunque este nombre no se menciona en la única fuente con información sobre ella. Fue una mujer oriunda de Alepo, que corresponde a lo que actualmente es Siria. Se dedicó a la creación de astrolabios, tanto ella como su padre Al-ʻIjliyy fueron aprendices del fabricante de astrolabios Nasṭūlus, que provenía de Bagdad. Fue contratada por el primer emir de Alepo, Sayf al-Dawla, quién reinó desde el 944 hasta el 967.
Dobrodeia de Kiev (inicios Siglo XII)
Fue una princesa rus, hija de Mstislav I de Kiev y Cristina Ingesdotter de Suecia, se casó con el co-emperador bizantino Alejo Comneno. En la corte imperial de Constantinopla se volvió parte del círculo de mujeres intelectuales, del que formaban parte la tía de Alejo de nombre Ana Comneno y otra mujer de la nobleza de nombre Irene que era conocida como la patrona de los astrólogos y los académicos. Ahí fue motivada para que encontrara su propio interés académico. Teodoro Balsamón señaló que Dobrodeia mostraba una fascinación por los métodos de curación y que formuló ungüentos medicinales, cuya eficiencia fue plasmada en un tratado titulado en griego Alimma (ungüentos). Este tratado es considerado como el primero escrito por una mujer.
Trota de Salerno (inicios Siglo XII)
Fue una médico y escritora proveniente de la ciudad costera Salerno, al sur de Italia. Llegó a ser conocida incluso en Francia e Inglaterra en los siglos XII y XIII. Un texto en latín recopila algunas de sus terapias y una cura que ella logró, el texto es más un conjunto de tratados de las mujeres en la medicina y que se conoce como Trotula. Se especializó en el sistema reproductivo y en el parto. Se le atribuye el ser la primera ginecóloga del mundo.
También fue profesora en la Escuela de Medicina de Salerno, la primera escuela de medicina del mundo y en donde Trota se formó. Como profesora transmitió todo su conocimiento a sus alumnos, lo cual permitió que se mejorase el tratamiento de la salud de las mujeres en el mundo occidental. Promovió formas de vivir una vida larga y saludable y era defensora de incorporar el ejercicio, una alimentación buena, una vida baja en estrés e higiene en la vida diaria.
Aquí tienes la segunda parte Mujeres en STEM: Edad Media – Parte II