Actualmente escuchamos bastante sobre las habilidades blandas en las empresas, su importancia y su desarrollo para todos los puestos de trabajo en el presente y para las profesiones que se originarán en el futuro. Incluso aquí, encontrarás un artículo al respecto.
En general, sabemos que las habilidades técnicas son más fáciles de cuantificar y desarrollar. Si llevamos estudios técnicos o universitarios, en el tiempo contemplado, lograríamos desarrollar esas habilidades para ponerlas en práctica y perfeccionarlas.
Al contrario que las técnicas, las habilidades blandas se pueden desarrollar a través de experiencias de la vida y también de los hobbies. Claro está, que hoy en día existen estrategias y técnicas para desarrollarlas, respaldadas científicamente.
Esas actividades en las que las personas invierten tiempo y dinero durante su tiempo libre, que generan placer, diversión y descanso; y que en ocasiones, no tienen ninguna relación con su profesión u oficio, tienen un gran impacto en el desarrollo personal y profesional.
Es a través de los hobbies o pasatiempos, como un reclutador en la primera entrevista que le hace al candidato, puede enterarse de las competencias que posee esa persona o del potencial en desarrollo. Si esa persona conversa sobre su gusto por correr, la frecuencia con que lo hace y sus objetivos a mediano plazo, como correr un maratón, sin duda alguna, esa persona posee disciplina, planeamiento y estrategia, organización del tiempo, logro de objetivos y perseverancia.
Si una persona nos comenta que le gustar leer, ver series en la televisión, pasar tiempo en casa, las habilidades que predominan podrían ser pensamiento crítico y atención a los detalles; y tener disminuída la capacidad para el trabajo en equipo.
Si por el contrario, alguien ama viajar, conversar con las personas, coleccionar souvenirs artesanales, las habilidades que resaltan son las de la comunicación, adaptabilidad y creatividad.
Así que si solo te enfocas en lo que haces durante tu jornada y no a qué dedicas tu tiempo libre, quizá desarrollarás más tus habilidades duras (técnicas) y un poco las blandas con las interacciones del día a día, como reuniones donde deberás aplicar la escucha efectiva y la comunicación. Pero si diriges bien tus hobbies, desarrollarás al máximo las habilidades blandas.
Por ejemplo, si requieres desarrollar la concentración o el focus, qué tal iniciar unas clases de ajedrez, las que también ayudarán a desarrollar el planeamiento y la visión estratégica.
Si tu meta es ser líder, podrías probar un rafting, sentarte al frente de la balsa y aplicar la escucha efectiva con los mensajes que da el guía para remar.
Mejor aún, si es algo que siempre has querido, busca cómo ejecutarlo; y si te da miedo, busca cómo superarlo. Trabajarás en el planeamiento y ejecución, así como la definición de objetivos y metas, superación y probablemente desarrollarás otras habilidades en el camino.
Este artículo puedes leerlo también en el blog de nuestra psicóloga Rosa, donde también puedes encontrar más temas de tu interés: https://psicorosafonseca.com/blog-1/