Un acercamiento a la contaminación digital
¿Qué es computación en la nube?
La computación en la nube, en términos sencillos, significa almacenar y acceder información y programas (aplicaciones) a través de internet en lugar de hacerlo desde el disco duro de una computadora personal, o en el caso de un negocio, desde un servidor en sus instalaciones. Y se habla de la nube, ya que cuando en el pasado se hacían presentaciones sobre grupos de servidores, se representaba a internet como una nube. La computación en la nube ofrece nuevos modelos computacionales donde recursos como aplicaciones en línea, poder computacional, almacenamiento, e infraestructura de red, pueden ser compartidos como servicios a través de internet.
Su implementación ha permitido la creación de aplicaciones útiles en dominios como la ciencia, la educación y los negocios. El potencial a gran escala de la banca en línea, redes sociales, comercio electrónico, gobierno electrónico, procesamiento de información, y otros servicios, dan como resultado cargas de trabajo de gran rango y a una escala inmensa.
Impacto ambiental de la computación en la nube
Todo lo descrito anteriormente, resulta en un consumo gigantesco de energía eléctrica y emisión de dióxido de carbono.
Para empezar la minería y extracción de materias primas, por ejemplo, el cobalto, el paladio, el tantalum, la plata, el oro, el indio, el cobre, el litio y el magnesio; así como la producción de componentes microelectrónicos, en especial los circuitos integrados, son los mayores contribuyentes para la disminución de los combustibles fósiles. También son responsables de la reducción de recursos abióticos, el calentamiento global, la eutrofización del agua dulce, la acidificación del suelo, la toxicidad en los humanos, la toxicidad en el agua dulce; y toxicidad marina y terrestre.
Para noviembre del 2019, un medio local informó que los planes de Google de crear un enorme centro de procesamiento de datos en Luxemburgo, provocó la preocupación de sus habitantes, en lo concerniente al consumo de energía y de agua. Se estima que la operación de este centro requiere 10 millones de litros de agua por día, lo que representa el 10% del consumo total de la población luxemburguesa. También se estimó que el centro de procesamiento de datos consumiría alrededor del 7% del suministro de electricidad del país, durante la primera fase, y alcanzaría hasta un 12% en la segunda.
Posibles soluciones
La solución no está en dejar de usar la tecnología. Se necesitan infraestructuras que soporten la computación en la nube de forma más eficiente. Pero la responsabilidad también está de parte del consumidor. Porque cada archivo digital en la nube ocupa un espacio físico en un servidor y cada vez que se hace una solicitud desde un dispositivo para accederlo, se hace un consumo de energía. Entonces, por ejemplo, en vez de tener 10 fotos casi iguales, debemos ser conscientes y elegir la que más nos guste. En el caso de los correos electrónicos, sería una buena práctica desuscribirse de los newsletters que no leemos y borrar igualmente los correos que ya no nos aportan nada. En el caso de los documentos, hay que eliminar aquellos que son borradores y solo conservar el que necesitamos.
Igualmente en el caso de los dispositivos electrónicos, debemos hacer un mejor uso de ellos y evitar caer en la tendencia de comprar cada vez que salga uno nuevo al mercado. Además, cuando estos ya no se utilicen, el reciclaje permite que se reutilicen los recursos y hacer disminuir la extracción de materia prima para crear nuevos. Estas son pequeñas acciones que a una escala global tienen y tendrán un gran impacto.